jueves, 7 de octubre de 2010

Cambios.

Nunca sabes cuando puede cambiar todo.

Te despiertas una mañana cualquiera de un día cualquiera, y piensas que todo va a ser como ayer, y como mañana. Pero, de repente, un día, algo cambia. Algo que te hace ver el mundo de otro modo. Y entonces, como consecuencia, tu cambias también. Puede ser que no sea un cambio brusco, seguramente será progresivo. Un día te pararás a pensar y te darás cuenta de que algo ha cambiado, que ya no eres como eras, que ya no sientes lo mismo. Y comprenderás que eso te ha sucedido a raíz de lo que viste, sufriste, sentiste o padeciste aquel día que parecía un día cualquiera.

Y poco a poco vas viviendo con ello. Y aunque muchas veces nos cueste aceptar el cambio, debemos asimilarlo, no somos los mismos que ayer, ni seremos los mismos que mañana.